sábado, 5 de mayo de 2012

Economía para torpes

Yo vivo en una casita con mi papá, mi mamá, mi hermanita y mi perro. Al mes tenemos que pagar una cantidad de dinero: agua, luz, gas, hipoteca, seguros, gasolina, comida, teléfono móvil, internet, etecé puntos. Necesito 2000€, pero mis papás, como todo está muy mal, no tienen dinerito para pagarlo, así que le pedimos al señor banquero que nos deje dinero. El señor banquero, muy amable, nos presta el dinero que necesitamos al 1.5 de interés, es decir, con la condición de que he de devolverle todo lo que me ha prestado más el 1.5% de esa cantidad. Por ahora lo entendemos todo, bien, como siempre digo, extrapolemos: Mi casita es España, mis papis, mi hermanita y mi perro somos los españoles, la luz, el agua y el gas son la sanidad pública, la educación y las ayudas, y el señor banquero que me deja dinerito es el Banco Central Europeo. España necesita para sobrevivir el mes de mayo (por ejemplo) 18 mil millones de euros y, como hacen mis papis, le pide dinero al señor Banquero: - Por favor, por favor señor banquero, cómpreme deuda que no llego a fin de mes!! El señor banquero, como es muy inteligente y se preocupa mucho por nuestro país, piensa: ¿De qué me sirve darle al estado 18 mil millones de euros si los bancos españoles siguen estando al borde de la quiebra? ¡Mejor le doy los 18 mil millones de euros a los bancos y al darles más liquidez podrán conceder más créditos a sus clientes, podrán comprar deuda española y España crecerá cual florecilla en primavera! Así que el Banco Central Europeo así procede, y le presta (al 1.5 de interés, quedémonos con esto porque es importante) los 18 mil millones de euros a los amables banqueros de nuestro país: Botín, Rato y el resto de la tropa. Estos sinvergüenzas aprovechados amables banqueros deciden ayudar a su país en un acto de patriotismo y compran deuda al estado español, es decir, le prestan el dinero que le hace falta al estado para llegar a final de mes. Pero claro, no pueden prestar el dinero al mismo interés al que se lo han prestado a ellos si no, ¿dónde está el negocio? Así que nos compran deuda a un 6% de interés. Es decir, que nos prestan 18 mil millones de euros con la condición de que les devolvamos ese dinero más 1.080 millones de euros más. Ellos pagan el 1.5% de interés y, si no me fallan las cuentas, 6-1.5= 4.5. El 4.5% de 18 mil millones son 810 millones de euros, dinero que el estado le debe a los amables banqueros españoles después de que nos hayan comprado la deuda. Os preguntaréis: y ese dinero ¿Quién se lo paga a los bancos? ¿Superman? ¿Las grandes fortunas del país que no dudan en echar una mano cuando hace falta? ¿Algún órgano europeo que se encarga de controlar este tipo de injusticias? No. 
Espera, lo pongo aquí para que quede más claro: NO
Lo pagas tú. Y yo. Y mis papis. Y mi hermanita y, al paso que vamos, hasta mi perro. Nosotros le pagamos las mansiones y los coches la diferencia de interés al señor Botín y compañía. Nosotros, los culpables de todo. Los que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, los que hemos respirado por encima de nuestras posibilidades. 
Y, por último, os dejo una reflexión:
El banco Santander (el del señor Botín) le perdonó al PP y al PSOE una deuda de más de 50 millones de euros. Pensemos, ¿a favor de quién van a ir las políticas del PP y del PSOE? ¿Van a ayudarte a ti? ¿Qué has hecho por ellos? ¿Cuánto dinero les has perdonado? 

sábado, 18 de febrero de 2012

109 Geos y 500 Coches.

Esto es la canción de Sabina, 19 días y 500 noches, con la letra actualizada y con mucha mala leche depositada en ella. Si se lee, que sea siguiendo la canción, mejora bastante: http://www.youtube.com/watch?v=odXqBrb6ctI


El paro subió
Como suben todos los recortes en educación.
Y en vez de salir
A la calle a montar jaleo, les dio por dormir.
De pronto me vi, que a los pocos que hacíamos algo nos daban pal pelo,
Los maderos sin vocabulario, como mercenarios,
Igual que a mi abuelo.

Tenían razón, los peperos diciendo que el bueno había sido Rajoy.
Con la aprobación,
De recortes que dejan a centros sin calefacción.
¡Qué grande el PP!
Que nos deja en las clases las mesas y hasta algunas sillas,
Y para celebrar el regreso gastan en el congreso que hacen en Sevilla.

Y regresé, a no poder pagarme ya ni la ropa,
A volver a estar en la cola de Europa,
A la democracia más absolutista,
A la clase media muerta y conformista,
Pagando las cuentas de absueltos mafiosos,
Porque al jurado le faltaba vista.
Volviéndome loco,
Viendo la libertad abatida, la fui, poco a poco, dando por perdida.

Pero es que hoy, protestando en la calle a mediodía,
Nos ha rodeado mucha policía
Sacando la porra mientras agredían
A los estudiantes que sólo pedían
Recibir dinero de consellería
Hartos de un gobierno del que no se fían.
¡Tanto daño hacían!
Que salieron de comisaría 109 Geos… y 500 coches.

Dijeron: Hazme caso a mí.
¿Por qué coño Camps está en la calle y yo estoy aquí?
Me temo que así,
Va a ser todo a partir de ahora en este país.
No, no pidió perdón. ¿Para qué si le van a pagar por darnos tres tortas?
Siempre están los que obedecen, los que no aparecen,
Y los que recortan.

Así que yo, voy a emigrar tan sumamente lejos,
Que cuando estemos pobres, tontos y viejos,
Veré en la tele como en el congreso
Dicen que se paga por hacer la ESO, van por buen camino,
Te cobran 1000€ por el otorrino, y ahí queda eso.
Prohíben ser gay,
Y prohíben robar y estafar a no ser que seas el yerno del rey.

Pero es que hoy, protestando en la calle a mediodía
Nos ha rodeado  mucha policía
Sacando la porra mientras agredían
A los estudiantes que sólo pedían
Recibir dinero de consellería
Hartos de un gobierno del que no se fían.
¡Tanto daño hacían!
Que salieron de comisaría 109 Geos… y 500 coches.








viernes, 6 de enero de 2012

Reyes (y reinas)

No hay que ponerse triste. Es navidad.
¡Hoy es el día de reyes! Regalos, y más regalos, y dinero por todas partes, y comida y roscón. Y casa de los abuelos. Besos, dejamos las chaquetas y voy a ver al abuelo. Está tumbado en la cama y le están dando de comer. No me reconoce, pero hablarle siempre es bueno y se ríe si escucha mi voz, si le toco la carita, si le doy un beso. Tiene ochenta y pico años y tiene todo el pelo en la cabeza, qué cabrón, espero haber heredado parte de esos genes. Y le pregunto si quiere turrón, y  le digo que voy a empezar exámenes, que me tiene que desear suerte, que si no... Y me voy al comedor. La abuela está empezando a andar con el andador, mis tíos y mi padre cogen chaquetas y hacen como si la torearan, qué grandes son y qué bueno es tener sentido del humor. Y pasamos la tarde y ya son las nueve, toca irse a casa de los primos. Y ya subiendo al coche me doy cuenta de que me he olvidado la chaqueta y subo arriba. Y la abuela está llorando en la silla de ruedas, y no se oye nada más en toda la casa que su llanto. Y entro en el comedor y la abrazo, y me pide que la lleve a ver al abuelo. Y muevo la silla de ruedas (que pesa un cojón, por cierto) y la pongo al lado de la cama del abuelo, que nos mira con los ojitos abiertos, sin una pizca de racionalidad en ellos. Es un bebé. Y mi abuela le coge la mano y mi abuelo le gruñe. ¡Que la tengo malita, hombre! Y mi abuela sigue llorando, y me mira. Y se le ve toda la vida en los ojos, y no le puedo decir nada, porque sólo tengo dieciocho años y esas situaciones me superan. Abuela, lo has hecho todo bien, pero la vida es así. ¿La vida es así? Me dicen eso a mí y lo atropello con la silla de ruedas. Me callo y la abrazo. Me agacho al lado del abuelo. - Oye, señor Motilla, tienes que aguantar cinco añitos más, ¿vale? Total, aquí tumbado tampoco creo que te cueste mucho... Cinco años más, y yo habré acabado la carrera y te podré curar, te lo prometo. Dame un besito.
Y levanta la cabecita y te da un besito en la mejilla, porque se lo tiene aprendido. Y le doy otro beso a la abuela mientras pienso en cuánto le costará ponerse la careta los domingos y volver a la misma mierda de lunes a sábado. Y salgo del cuarto y bajo las escaleras. Que dónde estabas y que por qué has tardado tanto. Que no encontraba la chaqueta, hombre. ¿Te vas en el coche de los tíos y ponemos aquí los regalos? Claro que sí. Y llegamos a casa de los primos, y somos más de veinte. Y más regalos, y cena y resopón. Y a casa a dormir.
A dormir, sabiendo que una de las personas que más me quiere en el mundo está más triste de lo que puedo llegar a entender yo y, probablemente, de lo que pueda comprender cualquier persona. Y sabiendo que la otra persona que más me ha querido no se acuerda de que lo ha hecho. Ni de quién soy, ni de quién es toda la gente que ha ido a verlo esta tarde, ni de quién es esa extraña que llora a su lado.
Y probablemente se duerma mirándola, con la tranquilidad de quien sabe que está acompañado.
Y probablemente ella se duerma llorando, haciéndose las típicas preguntas tristes desesperadas que se hace el que sufre en silencio.
Y probablemente yo me duerma llena de rabia y de ganas de cambiar el mundo, empezando por el suyo. 
Creo que voy a empezar a estudiar en serio si quiero poder curar al señor Motilla.